domingo, 29 de marzo de 2015

DOMINGO DE RAMOS

La Comunidad de la Curia Provincial, Padre Fausto Burgos,  Comunidad Casa Provincial  y el centro Marillac junto con otros fieles que nos acompañaron conmemoramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
Compartimos con todos los visitantes del Blog la Homilía del Papa Francisco para esta ocasión


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VATICANO, 29 Mar. 15 / 08:06 am (ACI).- En el centro de esta celebración, que se presenta tan festiva, está la palabra que hemos escuchado en el himno de la Carta a los Filipenses: “Se humilló a sí mismo” (2, 8). La humillación de Jesús.
Esta palabra nos desvela el estilo de Dios y, en consecuencia, el que debe ser del cristiano: la humildad. Un estilo que nunca dejará de sorprendernos y ponernos en crisis: nunca nos acostumbraremos a un Dios humilde.
Humillarse es ante todo el estilo de Dios: Dios se humilla para caminar con su pueblo, para soportar sus infidelidades. Esto se aprecia bien leyendo la historia del Éxodo: ¡Qué humillación para el Señor oír todas aquellas murmuraciones, aquellas quejas! Estaban dirigidas contra Moisés, pero, en el fondo, iban contra él, contra su Padre, que los había sacado de la esclavitud y los guiaba en el camino por el desierto hasta la tierra de la libertad.
En esta semana, la Semana Santa, que nos conduce a la Pascua, seguiremos este camino de la humillación de Jesús. Y sólo así será “santa” también para nosotros.
Veremos el desprecio de los jefes del pueblo y sus engaños para acabar con él. Asistiremos a la traición de Judas, uno de los Doce, que lo venderá por treinta monedas. Veremos al Señor apresado y tratado como un malhechor; abandonado por sus discípulos; llevado ante el Sanedrín, condenado a muerte, azotado y ultrajado. Escucharemos cómo Pedro, la “roca”
de los discípulos, lo negará tres veces. Oiremos los gritos de la muchedumbre, soliviantada por los jefes, pidiendo que Barrabás quede libre y que a él lo crucifiquen. Veremos cómo los soldados se burlarán de él, vestido con un manto color púrpura y coronado de espinas. Y después, a lo largo de la vía dolorosa y a los pies de la cruz, sentiremos los insultos de la gente y de los jefes, que se ríen de su condición de Rey e Hijo de Dios.
Esta es la vía de Dios, el camino de la humildad. Es el camino de Jesús, no hay otro. Y no hay humildad sin humillación.
Al recorrer hasta el final este camino, el Hijo de Dios tomó la “condición de siervo” (Flp 2, 7). En efecto, “humildad quiere decir también servicio, significa dejar espacio a Dios negándose a uno mismo, “despojándose”, como dice la Escritura (v. 7). Esta – este vaciarse – es la humillación más grande.
Hay otra vía, contraria al camino de Cristo: la mundanidad. La mundanidad nos ofrece el camino de la vanidad, del orgullo, del éxito... Es la otra vía. El maligno se la propuso también a Jesús durante cuarenta días en el desierto. Pero Jesús la rechazó sin dudarlo. Y, con él, sólo con su gracia, con su ayuda, también nosotros podemos vencer esta tentación de la vanidad, de la mundanidad, no sólo en las grandes ocasiones, sino también en las circunstancias ordinarias de la vida.
En esto, nos ayuda y nos conforta el ejemplo de muchos hombres y mujeres que, en silencio y sin hacerse ver, renuncian cada día a sí mismos para servir a los demás: un familiar enfermo, un anciano solo, una persona con discapacidad, un sin techo...
Pensemos también en la humillación de los que, por mantenerse fieles al Evangelio, son discriminados y sufren las consecuencias en su propia carne. Y pensemos en nuestros hermanos y hermanas perseguidos por ser cristianos, los mártires de hoy – hay tantos – no reniegan de Jesús y soportan con dignidad insultos y ultrajes. Lo siguen por su camino. Podemos hablar en verdad de “una nube de testigos”: los mártires de hoy (cf. Hb 12, 1).
Durante esta Semana Santa, pongámonos también nosotros en este camino de la humildad, con tanto amor a Él, a nuestro Señor y Salvador. El amor nos guiará y nos dará fuerza. Y, donde está él, estaremos también nosotros (cf. Jn 12, 26).


sábado, 28 de marzo de 2015

SOR MARITZA RAMÍREZ

DESDE PUERTO RICO 
ESTA HERMANA NOS COMPARTE UNA REFLEXIÓN



¿Qué podemos hacer en este año de la vida consagrada para ser más fieles a nuestra vocación? Pensando en mi vocación. ¿Qué o quién me llamó, y cómo yo respondí a la llamada? Todas sabemos que Dios es el que llama, cómo, cuándo, y porqué solo Él lo sabe. Necesitamos  hacer un pare, y meditar en nuestra vocación para mejorar, siempre hay tiempo para mejorar.  

Leyendo el DECRETO PERFECTAE CARITATIS SOBRE LA ADECUADA RENOVACIÓN DE LA VIDA RELIGIOSA me trajo mucho la atención los medios principales de santificación de los religiosos, Son cuatro: la Oración, la Escritura, la Liturgia, la Eucaristía.

 La Oración:
La oración es la elevación del alma a Dios o la petición al Señor de bienes conformes a su voluntad. La oración es siempre un don de Dios que sale al encuentro del hombre. La oración cristiana es relación personal y viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo, que habita en sus corazones (CCIC 534)
Para Vicente, la oración es lo primero; era muy práctico pero esa práctica se
Fundamentaba en una profunda intimidad con Jesucristo, o sea, en la vida interior de oración.

San Vicente de Paul: “En la oración mental es donde encuentro el aliento de mi caridad. Lo más importante es la oración; suprimirla no es ganar tiempo sino perderlo. Dadme un hombre de oración y será capaz de todo “.

La Escritura:
En los libros sagrados, Dios mismo sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos.” Carlos De Haro
Por esta misma razón es una Palabra viva, porque Jesucristo está vivo y presente en ella, como lo está en la Eucaristía, y es Él quien nos habla a través de ella.
Dios mismo escribió la Sagrada Escritura obrando en los hagiógrafos y por medio de ellos.
A Jesucristo se le llama “el Verbo”. Pues bien, Verbo significa Palabra. Jesucristo es la Palabra de Dios que se hizo hombre para salvarnos.

La Liturgia:
Definición de liturgia
Por: P, Antonio Rivero | Fuente: Catholic.net
Es el modo como la Iglesia en su cabeza y en su cuerpo místico o miembros puede ponerse en contacto y comunicación con Dios, a través de gestos, palabras, ritos, acciones y así poder participar de la maravillosa gracia de Dios, santificarnos y entrar en esa vida íntima de Dios.

Otra definición más formal sería ésta: liturgia es el conjunto de signos y símbolos con los que la Iglesia rinde culto a Dios y se santifica. Todas las acciones litúrgicas: oración, sacramentos están dirigidas, por tanto, a dar culto a Dios Padre, por medio de Jesucristo, en el Espíritu Santo, y a la santificación de cada uno de los fieles que forman esta Iglesia de Cristo.


Por: Antonio Rivero L.C. | Fuente: Catholic.net
Hoy ya entendemos la liturgia como el culto oficial de la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios, a la Santísima Trinidad, para adorarle, agradecerle, implorarle perdón y pedirle gracias y favores.

Desde el comienzo del movimiento litúrgico, hasta nuestros días, se han propuesto muchas definiciones de liturgia y todavía no existe una que sea admitida unánimemente, dada la riqueza encerrada en dicho misterio. Sin embargo, todos los autores admiten que el concepto de liturgia incluye los siguientes elementos: la presencia de Cristo Sacerdote, la acción de la Iglesia y del Espíritu Santo, la historia de la salvación continuada y actualizada a través de signos eficaces, que son los sacramentos, y la santificación del culto.

Según esto se podría considerar la liturgia como la acción sacerdotal de Jesucristo, continuada en y por la Iglesia bajo la acción del Espíritu Santo, por medio de la cual el Señor actualiza su obra salvífica a través de signos eficaces, dando así culto perfectísimo a Dios y comunicando a los hombres la salvación, aquí y ahora.

Un gran teólogo de nuestro tiempo define así la liturgia: “La liturgia es la celebración de los sagrados misterios de nuestra redención por la Iglesia, en la que perdura viva la persona de Cristo, vivos los acontecimientos salvíficos del origen, activa la presencia de su gracia reconciliadora y fiel la promesa, mediante los signos que él eligió y que la comunidad realiza, presidida por la palabra de los apóstoles y animada por el Santo Espíritu de Jesús...La liturgia es la anamnesia de una comunidad que en obediencia a su Señor hace memoria de todo lo que él dijo y padeció; de lo que Dios hizo con él por nosotros. La Iglesia se une así a lo que fue la gesta salvífica de Cristo y continúa adherida e identificada con la intercesión que, como sacerdote eterno, Él sigue ofreciendo al Padre por nosotros, mientras peregrinamos en este mundo”.


La Eucaristía:
Los efectos y frutos de la Eucaristía

La Eucaristía
Los efectos que produce la Eucaristía en el alma son consecuencia de la unión con Cristo. 
Por: Cristina Cendoya de Danel | Fuente: Catholic.net

Efectos
Cuando recibimos la Eucaristía, son varios los efectos que se producen en nuestra alma. Estos efectos son consecuencia de la unión íntima con Cristo. Él se ofrece en la Misa al Padre para obtenernos por su sacrificio todas las gracias necesarias para los hombres, pero la efectividad de esas gracias se mide por el grado de las disposiciones de quienes lo reciben, y pueden llegar a frustrarse al poner obstáculos voluntarios al recibir el sacramento.

Por medio de este sacramento, se nos aumenta la gracia santificante. Para poder comulgar, ya debemos de estar en gracia, no podemos estar en estado de pecado grave, y al recibir la comunión esta gracia se nos acrecienta, toma mayor vitalidad. Nos hace más santos y nos une más con Cristo. Todo esto es posible porque se recibe a Cristo mismo, que es el autor de la gracia.

Nos otorga la gracia sacramental propia de este sacramento, llamada nutritiva, porque es el alimento de nuestra alma que conforta y vigoriza en ella la vida sobrenatural.

Por otro lado, nos otorga el perdón de los pecados veniales. Se nos perdonan los pecados veniales, lo que hace que el alma se aleje de la debilidad espiritual.



Frutos de la Eucaristía
El sacramento de la Eucaristía, como todo sacramento, es eficaz. Al recibirlo hay cambios reales en la persona que lo recibe y en toda la Iglesia aunque los cambios no se puedan palpar:

Acrecienta nuestra unión con Jesucristo.
Al comulgar recibimos a Jesucristo de una manera real y substancial. Es una unión real, no es un buen deseo o un símbolo. El sacramento de la Eucaristía es una unión íntima con Dios que nos llena de su Gracia.

"Quien come mi carne y bebe mi sangre está en mí y yo en él" 
(Jn, 6,56).

Nos perdona los pecados veniales.
Para recibir a Jesús, es indispensable estar en estado de gracia y al recibirlo, la presencia de Dios dentro de nosotros hace que se borren las pequeñas faltas que hayamos tenido contra Él y recibimos la gracia para alejarnos del pecado mortal.

Fortalece la caridad, que en la vida diaria tiende a debilitarse.
El pecado debilita la caridad y puede hacernos creer que vivir el amor como Jesús nos lo pide es muy difícil, casi inalcanzable.

Sin embargo, Jesús ya sabía que nos costaría trabajo y que nos sentiríamos sin fuerzas para lograrlo, por eso quiso quedarse con nosotros en la Eucaristía para alimentarnos y ayudarnos fortaleciendo nuestra caridad.

La Eucaristía, siendo el mayor ejemplo de amor que podemos tener, transforma el corazón llenándolo de amor, de tal manera que quien la recibe es capaz de vivir la caridad en cada momento de su vida.

"Que nunca os falte, queridos jóvenes, el Pan eucarístico en las mesas de vuestra existencia. ¡De este pan podréis sacar fuerza para dar testimonio de vuestra fe!"
(Juan Pablo II. Queridísimos jóvenes)

Esto no es nuevo para nosotras, es un recordatorio. Estamos tan metidas en el trabajo que a veces se nos olvida, que importante es nuestra vida espiritual y de oración.  No es dejar de trabajar, es como dice San Vicente:

 “Así pues, mis queridas hermanas, es preciso que vosotras y yo tomemos la resolución de no dejar de hacer oración todos los días. Digo todos los días, hijas mías; pero, si pudiera ser, diría más: no la dejemos nunca y no dejemos pasar un minuto de tiempo sin estar en oración, esto es, sin tener nuestro espíritu elevado a Dios; porque, propiamente hablando, la oración es, como hemos dicho, una elevación del espíritu a Dios. ¡Pero la oración me impide hacer esta medicina y llevarla, ver a aquel enfermo, a aquella dama! ¡No importa, hijas mías! Vuestra alma no dejará nunca de estar en la presencia de Dios y estará siempre lanzando algún suspiro.”

Es un recordatorio para ti, para mí, y para todas, en este año de la vida Consagrada y siempre.  Espero que esta reflexión nos pueda ayudar para mejorar nuestra vida de entrega a Dios.

Su Hermana siempre en Jesús y María

Sor Maritza Ramírez Torres H.C.

DESDE PUERTO RICO

EUCARISTÍA INICIO REVISIÓN DE OBRAS

Dios  sea  bendito! exclamaría  San  Vicente  ante  el  acontecer  de  la  Provincia  del  Caribe, camino  a  la  revisión  de  obras  y  servicios  este  año  de  2015.

Damos  gracias  a  Dios  por  su  presencia  en  la  Eucaristía  de  apertura  el  sábado, 7  de  marzo  en  la  Capilla  de  la  Milagrosa  en  la  .Casa   Central de  Santurce.  Un  nutrido  número  de  hermanas  de  todas  las  casas  participó  en  la  misma. Presidió  la  Eucaristía   el  P.Evaristo, CM, estimulándonos  a  la  apertura  de  mente  y  corazón  al  Espíritu  Santo  para  responder  a  las  llamadas  de  los  pobres  en  estos  momentos.

Enmarcó  la  homilía  en  la  línea  de  la  Cuaresma y  la  invitación  urgente   a  la  conversión  personal  tan  necesaria  para  este   momento  que  comienza  la  Provincia  del  Caribe. Cada  comunidad  recibió  el  signo  de  la  luz,  simbolizado  en  un  cirio,  con  el  LOGOS  de  las  asambleas , LA  AUDACIA  DE  LA  CARIDAD  PARA UN NUEVO  IMPULSO  MISIONERO. Finalizada  la  Eucaristía  las  hermanas  compartimos  un  fraternal  almuerzo  donde  Sor  Ediltrudis   notificó  el  lamentable  suceso  por el  que  atraviesan  nuestras  hermanas  en  Haiti  Sintiéndonos  solidarias y  unidas  en  este  acontecimiento  de  la  revisión  de  obras y  a  nuestras  hermanas   de  Haiti  en  el  dolor,  reciban   un  fraternal   abrazo  desde   Puerto  Rico, la  isla  del  encanto.




DESDE CUBA

SEAMOS CELEBRANTES DE LA VIDA



“La vida cristiana, para ofrecer un testimonio completo, debe unir dos estaciones: la del Calvario y la de la Resurrección. Se llega a la alegría de la mañana de Pascua solamente pasando a través de las tinieblas del viernes santo. El que queda parado en el Calvario va con retraso tras el viviente. Y quien salta por encima de la cruz, no podrá jamás reconocer al resucitado, o sea, a quien lleva las señales de los clavos. Así pues, ¿quién está dispuesto a comunicar esta noticia de vida?”
Al hilo de estas palabras, la invitación que nos lanza hoy la alegría de la Pascua es esta: ser capaces de vivir en plenitud, y por tanto, ser capaces de anunciar al Viviente: Cristo Resucitado. El ha dado precisamente la vida para que nosotros pudiésemos tener el gusto por la vida. Para que fuésemos “celebrantes de la vida”.
¿De qué maneras concretas podemos ser hoy nosotras, Hijas de la Caridad, celebrantes de la vida en medio de una sociedad de violencia y muerte?
¿Qué caminos seguir para anunciar en nuestras culturas al Viviente?
Y habrá que preguntarse también: ¿Nuestro anuncio es de verdad un anuncio de vida?
“Dios es el Dios de la vida, no de la muerte. Dios está en el centro de la vida, no en sus márgenes. Su resurrección es una cuestión de vida para todos nosotros. También nosotros participamos en aquella victoria. También nosotros estamos vivos gracias al Viviente.”
Pidámosle al Señor Resucitado que sepamos transparentar su vida y llevar el mensaje del amor de Dios con toda su diafanía, para que así la humanidad viva, para que así la gloria de Dios sea la humanidad viviente.

PREPARACIÓN A SEMANA SANTA

Nuestro Beato y la Cuaresma (Comunidades de Puerto Rico)


La Carta Pastoral enviada por la Conferencia Episcopal Puertorriqueña dice: “... a todos los fieles católicos y a todas las personas de buena voluntad, en ocasión de la santa Cuaresma 2003”, hace mención de nuestro Beato. Ello es indicio de la vigencia de su figura en la vida de nuestro País.

Citamos de EL VISITANTE, edición correspondiente del 9 al 15 de 2003, página 2: “El soplo del Espíritu nos guiará para que no nos extraviemos en el camino ni perdamos de vista que el llamado es prepararnos de corazón y con responsabilidad. Conviene recordar aquí las enseñanzas del Beato Carlos Manuel Rodríguez, quien supo reconocer el camino cuaresmal hacia la cumbre luminosa de la Pascua. Si él vivía para esa noche pascual, lo hacía desde un encuentro personal con Cristo, y desde una fe que integraba la oración, la rectitud moral y la justicia social. En su larga y recia cuaresma, el Beato Carlos combatió la corrupción y sirvió fielmente a la paz”.
Al llegar la Cuaresma reflexionamos, analizamos y meditamos como lo hacía Cristo. Como enseñó Carlos Manuel, en sus mensajes. Recordemos que “Para él, la Eucaristía siempre fue lo más excelso de este mundo transitorio...” Y esta Cuaresma nos ofrece la ocasión de recibir la misma [la Eucaristía] con mayor frecuencia.
Y como Carlos Manuel, “... era amante de la buena música” y “se extasiaba con la música”, cuando entonemos los cánticos cuaresmales, tengámoslo presente. Participemos de la Cuaresma como nos enseñó aquel que seguía las enseñanzas de Cristo.
Recordemos que “él vivía para esa noche pascual” y todo en su encuentro personal con Cristo. Tomemos el ejemplo del Beato, sigamos sus enseñanzas, practiquemos sus acciones, recordemos su venerable figura, modelo para los hombres, mujeres, jóvenes y niños de Puerto Rico. En esta Cuaresma caminemos junto a Carlos Manuel, a ese encuentro personal con el Hijo de Dios



DESDE MIAMI

PREPARACIÓN A LA SEMANA SANTA

Hoy con otro grupo de personas de la catequesis continuamos nuestra labor para la Semana Santa. Preparando las velas para la noche de la Vigilia Pascual. 
Gracias a los que nos han ayudado. 




Grupo de la Archicofradia, Catequesis y nosotras las Hermanas en la preparación de los Ramos para mañana domingo aquí en la Ermita comenzar la Semana Santa. Gracias a todas las personas que nos han ayudado.





viernes, 27 de marzo de 2015

ACCIÓN DE GRACIAS RENOVACIÓN

Gracias Señor por este nuevo Si

 Acompáñanos siempre para que podamos  serte fiel 
hasta el final

 





miércoles, 18 de marzo de 2015

FIESTA DE SAN JOSÉ

A TODAS Y CADA UNA DE NUESTRAS HERMANAS SOR NAILA CAQUÍAS QUE ACTUALMENTE HACE SU EXPERIENCIA APOSTÓLICA EN EL HOGAR COLEGIO LA MILAGROSA (ARECIBO- PUERTO RICO) QUIERE HACERLES LLEGAR SU SALUDO POR LA FIESTA DE SAN JOSÉ.
QUE ÉL QUE FUE FIEL, PURO Y CASTO NOS ENSEÑE A VIVIR EN UNA ENTREGA FIEL CADA DÍA A LOS DESIGNIOS DE AMOR DEL PADRE.


sábado, 14 de marzo de 2015

VISITA DE SOR EDILTRUDIS ACEVEDO A MIAMI

Hoy la Comunidad de San Vicente y la Comunidad de la Ermita tuvimos un compartir con la presencia de Sor Ediltrudis Acevedo, Asistenta Provincial del Caribe. Nos reunimos y celebramos juntas la Eucaristía. Agradecemos su visita y mensajes de sor Serbia, Visitadora. Deseamos a todas las hermanas que pasen unas felices fiestas de Santa Luisa, San José y la Anunciación.


Comunidad San Vicente y Ermita de la Caridad







Sor Clemencia, Hija de la Caridad Cubana. 
Quien también fue misionera en Turquía.



Sor Elvira Garcia Hija de la Caridad cubana quien lleva un año y medio sirviendo en Miami en la Ermita de la Caridad. 


 Sor Eva Perez, Hija de la Caridad Cubana sus servicios han sido mayormente en Miami.
 Sor Hilda Alonso, Hija de la Caridad cubana, El pilar de Miami. Con 94 años de edad y todavia sigue sirviendo desde sus limitaciones de salud pero siempre sonriendo.
Sor Olga Hija de la caridad cubana que hace muy poco tiempo arrivo a suelo de Miami.
Sor Rafaela Hija de la Caridad Cubana.

Hija de la Caridad Puertorriqueña, ahora sirve en Miami.

SOLEMNIDAD SANTA LUISA DE MARILLAC

 Gracias a nuestras Hermanas de la Provincia del Perú

(Hacer "CLIK" en la imagen)

domingo, 8 de marzo de 2015

RENOVACIÓN 2015

HIJAS DE LA CARIDAD DE SAN VICENTE DE PAÚL
PROVINCIA DEL CARIBE


Muchas felicidades a todas las Hijas de la Caridad  por la Renovación de  los Votos en el que una vez mas decimos al Señor que deseamos continuar entregando nuestra vida en   el servicio de los pobres  con un espíritu  de  humildad, sencillez y caridad. 
Que el Señor nos de la gracia de ser  generosas siempre.


viernes, 6 de marzo de 2015

FELIZ CUMPLE MARZO

A CADA UNA DE LAS HERMANAS DE NUESTRA QUERIDA PROVINCIA DEL CARIBE QUE EN ESTE MES CELEBRAN EL DON DE LA VIDA


domingo, 1 de marzo de 2015