jueves, 15 de mayo de 2014

FUNDADORES: LUISA DE MARILLAC

Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos mas pequeños, a  mi me lo hicisteis.(Mt 25, 40)
No basta con ir y dar, sino que es necesario un corazón purificado de todo interés, (…) tenemos que tener continuamente ante la vista nuestro modelo, que es la vida ejemplar de Jesucristo a cuya imitación estamos llamadas, no solamente como cristianas, (…) para servirle en la persona de los pobres.
Santa Luisa (C. 257)
Luisa de Marillac nació en el  siglo XVI. Sin embargo, es muy cercana a nuestras preocupaciones cotidianas. En medio de las vicisitudes de su vida, abrió progresivamente su corazón a la luz de Dios.
1591, 12 de agostoNacimiento de Luisa
1604, 25 de julioMuerte de su padre
1613, 5 de febreroMatrimonio con Antonio Legras
1613, 18 de octubreNacimiento de Miguel Legras
1623, 4 de junio“Luz” en la Iglesia el San Nicolás de los Campos, en París
1625, 21 de diciembreFallece su esposo; primeros encuentros con Vicente de Paúl
1629Principio de las visitas a las Cofradías de la Caridad
1630Llegada a París de Margarita Naseau
Primera joven que trabaja para las Cofradías de la Caridad
1633, febreroMuerte de Margarita Naseau
1633, 29 de noviembrefundación de la Compañía de las Hijas de la Caridad
1638Comienzo de la obra de los Niños Expósitos
1650, 18 de eneroBoda de su Hijo, Miguel
1651Nacimiento de Luisa-Renée, nieta de Luisa de Marillac
1652Fundación de las Hijas de la Caridad en Polonia; recrudecimiento de los disturbios de la Fronda; en París, sopas populares, acogida de prófugos
1653-1658Envío de las Hijas de la Caridad a los campos de batalla
1660, 15 de marzomuerte de Luisa de Marillac.
1920Beatificación por el Papa Benedicto XV
1934Canonización por el Papa Pío XI
1960Declarada patrona de todas las obras sociales cristianas
15 de marzoFiesta litúrgica
Luisa nació el 12 de agosto de 1591 en una familia noble. Varios miembros de su familia tenían puestos importantes cercanos al rey Luis XIII. Su tío Miguel llegó a ser Guardasellos del reino en 1629. Él esta en la base del día de “Dupes” de noviembre de 1630, que tenía por objetivo deponer al primer ministro Richelieu. La tentativa fracasó y Miguel fue arrestado y finalizó su vida  encarcelado en el castillo de Châteaudun. Murió en1632.
Luisa nació de madre desconocida. Su padre estaba viudo. Se volvió a casar cuando Luisa tenia tres años. Poco después Luisa fue confiada para su cuidado y educación a las dominicas del Monasterio real de Poissy, dónde había otros niños. La enseñanza recibida le ofreció una sólida educación intelectual y religiosa. Al morir su padre, Luisa tiene 13 años y su tío Miguel será su tutor. Él la saca de Poissy y la lleva a una pensión para jóvenes. Allí aprende la vida  sencilla y pobre. La pensión fue para ella un lugar de formación en las tareas domésticas.
A los 15 años sueña con ser religiosa en una orden austera, las Capuchinas. El Padre director espiritual del convento, la rechaza a causa su salud demasiado delicada. Luisa se decepciona enormemente, pero se somete a esta decisión. Más tarde obedecerá también a su familia que le presenta a Antonio Legras, caballero sencillo, uno de los secretarios de la Reina. Su matrimonio tuvo lugar en 1613, cuando Luisa tenia 22 años y ahora su nombre es Señorita Legras, el título de señora es reservado a la nobleza. Al año siguiente se convierte en mamá de un pequeño llamado Miguel. En su matrimonio vive feliz hasta 1622,  cuando su marido cayó enfermo y su carácter se agria. Luisa se culpabiliza: no ha respetado la promesa hecha a Dios, de entrar religiosa y he aquí que su esposo Antoine esta enfermo, ¿no será por su culpa? Luisa atraviesa un período de depresión. Esta angustiada e invadida por dudas de fe. Desea dejarlo todo. En 1623, en la fiesta de Pentecostés, Dios iluminó su corazón, sus dudas desaparecieron. Comprende que su lugar está al lado de su esposo, que Dios está presente cerca de ella y de su marido y comprende que un día podrá vivir en comunidad al servicio del prójimo, “yendo y viniendo”, expresión incomprensible, en un tiempo en que las religiosas eran todas de clausura.
Luisa rodeó a su marido de toda clase de cuidados hasta su muerte en diciembre de 1625. Viuda, los medios económicos escasean y tiene que trasladarse de domicilio. Cerca de su nuevo alojamiento vivía Vicente de Paúl. El será su consejero espiritual. ¡Ni  uno ni otro están muy entusiasmados con su encuentro, sus personalidades los alejan, al menos en apariencia! Aprenden a conocerse y Vicente ayudará Luisa a realizar su vocación. Él le propone visitar  las Cofradías de la Caridad para animar a las  Señoras en su servicio a los más pobres. Luisa sale de si misma y toma conciencia de las realidades vividas por los pobres. Descubre las dificultades de las damas para ponerse al servicio de estas personas, ellas no pueden realizar por si mismas todas las tareas humildes necesarias.
Hacia 1630, una sencilla campesina, Margarita Naseau, ofreció sus servicios para ayudar a las señoras. Otras campesinas llegan después. Vicente confía la formación práctica y espiritual de estas jóvenes a Luisa y ella se interroga y discierne progresivamente que estas jóvenes podrían reunirse en una cofradía. Vicente, al principio,  no comprende a  Luisa. Después de un largo tiempo de reflexión y oración, la Compañía de las Hijas de la Caridad nace el 29 de noviembre de 1633.
En París y sus alrededores se fundan varias comunidades de Hijas de la Caridad y progresivamente se van extendiendo también fuera de la capital… En 1638,  las Hermanas van a Touraine en Richelieu. Siguen numerosas implantaciones en Francia. Las Hermanas se ponen al servicio de los más pobres, los enfermos a domicilio o en los hospitales, los niños abandonados cuidándoles y asegurando su educación en las pequeñas escuelas, los heridos de guerra, los galeotes… Luisa tiene la preocupación de la formación humana y espiritual de las Hermanas. Cada una profundiza en su relación con Dios reconociendo en los pobres a los que sirven el rostro de Jesucristo. Las Hermanas viven juntas en pequeñas comunidades. El objetivo es formarlas para que sean autónomas y provean a sus necesidades.
Los grandes disturbios de la Fronda arrasan Francia de 1644 a 1649 provocando pobrezas muy numerosas: carestía, enfermedad, violencia. Luisa y Vicente envían Hijas de la Caridad a todos los frentes. Las Hermanas se desplazan de aldea en aldea para socorrer y animar a sus gentes. Esta movilidad es una gran novedad en una época dónde las mujeres consagradas permanecían en sus monasterios.
Esta comunidad naciente en los años 1644-1649 atraviesa una crisis. Algunas Hermanas dejan la Compañía (el servicio de los pobres se ve como demasiado difícil, la vida comunitaria demasiado exigente,  las Hermanas pierden el gusto por la oración)  los proyectos resultan fracasos. Además, Luisa esta preocupada por su hijo, que no sabe lo que va a hacer de su vida. ¿Sacerdocio? ¿Matrimonio? Su futuro es confuso… Luisa piensa que ha fracasado en la educación de su hijo y vuelve al sentimiento de culpabilidad. Con la ayuda del Señor Vicente Luisa va a  atravesar esta crisis y a hallar la paz en 1650. Su hijo se casa también ese año. Luisa se convierte en abuela al año siguiente.
Luisa sigue el camino de Cristo que ella tanto ama, el Señor de la Caridad que se hizo hombre para dar la vida por los hombres. Se hace cercana a los más pobres y a sus hermanas, con atención, dulzura, cordialidad, compasión… Ella sabe adaptarse a cada uno para darle la fuerza de encontrar a su vez  el camino de su relación con Cristo.
Luisa y Vicente no dejaron de aliviar la miseria de los más pobres por amor de Jesucristo. Luisa colaboró intensamente con Vicente para que la Compañía de las Hijas de la Caridad siguieran siendo una comunidad que “va y viene”,  permitiendo a las Hermanas ir hasta a los más pobres allí dónde vivan.
Vicente y Luisa tienen personalidades muy diferentes. En el curso de los treinta y cinco años de trabajo en común, aprenden a apreciar, no sin períodos de tensión, lo que los distingue y lo que los acerca. Con el tiempo nace una amistad profunda donde cada uno respeta el carácter único del otro. Ambos ponen su energía al servicio de la obra que los reúne: el servicio de Dios en los pobres.
Luisa murió el 15 de marzo de 1660, algunos meses antes que Vicente, rodeada de su familia y de sus Hermanas. Las dificultades, las dudas y las angustias  no le faltaron. En su fragilidad, acogió la fuerza del Espíritu y siguió el camino de Cristo que tomo carne de nuestra carne y se hizo cercano a los hombres. Ella respondió, en su seguimiento, a las necesidades de los más pobres, para que cada uno, hallara su dignidad humana y descubriera que era hijo de Dios.
Hoy, la Familia Vicenciana se inspira en la vida de esta mujer que se dejo invadir por la luz de su Señor.

PREPOSTULANTADO

POSTULANTADO

SEMINARIO

FORMACIÓN INICIAL

FORMACIÓN CONTINUA

martes, 13 de mayo de 2014

FORMACIÓN HERMANAS SIRVIENTES

DEVOCIÓN MARIANA: 18 DE JULIO 1830

El 18 de julio de 1830, en vísperas de la fiesta de San Vicente a quien quiere tanto, Catalina acude a este santo que le había mostrado su corazón desbordante de amor, para que su gran deseo de ver a la Santísima Virgen se cumpla por fin. A las once y media de la noche, oye que la llaman por su nombre. Al pie de su cama, un niño misterioso la invita a levantarse : « La Virgen María te espera » dice. Catalina se viste y sigue al niño cuyos destellos iluminan todo a su paso. Llegan a la capilla, Catalina se detiene cerca del sillón del sacerdote situado en el presbiterio. Oye entonces como el “frufru” de un vestido de seda. «He aquí la Santísima Virgen » dice su pequeño guía. Duda en creerlo, pero el niño repite en voz más alta: « He aquí la Santísima Virgen. » Catalina corre a arrodillarse ante María sentada en el sillón. Entonces, de un salto, me puse de hinojos, en las gradas del altar, apoyadas las manos en las rodillas de la Virgen Santísima. Allí, pasó un momento, el más feliz de mi vida. Sería imposible decir lo que experimenté. La Virgen me dijo cómo debía portarme con mi confesor y varias otras cosas. Catalina recibe el anuncio de una misión y una petición: que se funde una Cofradía de las Hijas de María. Lo que hará el Padre Aladel el 2 de febrero de 1840. 27 de noviembre 1830

DEVOCIÓN MARIANA: 27 DE NOVIVIEMBRE 1830

La Medalla





En la capilla dela casa madre de las Hijas de la Caridad (Paris-FRANCIA), la Virgen María en persona ha venido a revelar su identidad por medio de un objeto pequeño, una medalla, destinada a todos sin distinción!

La identidad de María era tema de controversias entre teólogos desde los primeros tiempos de la Iglesia. En 431, el Concilio de Efeso había proclamado el primer dogma mariano: María es madre de Dios. Desde 1830, la invocación

« Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti »

que se levanta hacia el cielo, mil y mil veces repetida por miles de almas cristianas en todo el mundo a petición de la Madre de Dios, va a producir su efecto.


El 8 de diciembre de 1854, Pío IX proclama el dogma de la Inmaculada Concepción: por una gracia especial que ya le venía de la muerte de su Hijo, María fue concebida sin pecado.
Cuatro años más tarde, en 1858, las apariciones de Lourdes van a confirmar a Bernadette Soubirous el privilegio de la madre de Dios.



 Por más información: Capilla "Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa París-FRANCIA"

ESPIRITUALIDAD
















Las Hijas de la Caridad se saben llamadas por Dios.
En su vida de oración, como en su vida de servicio,
contemplan a Jesucristo
manantial y modelo de toda caridad,
para ser testigos de su amor entre los pobres.
En su vida de fe, las Hijas de la Caridad dan un amplio lugar a la oración, nutrida por una vida litúrgica y sacramental, el silencio,  la escucha de la Palabra de Dios y  su mensaje, la enseñanza de la iglesia y la herencia vicenciana. Los pobres están presentes en su oración; oran por ellos y en su nombre.
Cristo es para ellas la fuente de donde brota su amor, el fuego que estimula su acción y las apremia a ir hacia los más pobres, la fuerza que dinamiza sus proyectos, el tesoro que da sentido a su vida.
En referencia al Cristo pobre y las condiciones de vida de los hermanos y  hermanas que sirven, las Hijas de la Caridad optan por un estilo de vida sencillo. Viven en comunidad, en un clima de escucha recíproca y de diálogo, compartiendo lo que tienen y lo que son. Juntas, se ayudan para ir dondequiera que las personas sufren y para trabajar con los pobres en su auto-promoción. Portadoras de alegría y de esperanza, van al servicio de los que su dignidad no es respetada.
Son felices de poder entregarse totalmente a Dios sirviendo sus hermanos y hermanas, ayudándolos a descubrir Dios presente en su vida.
Los Fundadores inculcaron a las Hijas de la Caridad el amor y la imitación de la Virgen María,  por lo que contemplan en ella:
  • La inmaculada, abierta al espíritu,
  • La Sierva humilde y fiel,
  • La Madre de Dios, Madre de misericordia y esperanza de los pequeños.

SANTOS Y BEATOS DE LA F.V: BEATO PEDRO JORGE FASSATI

Pedro Jorge Frassati fue un joven que perteneció a la Sociedad de San Vicente de Paúl. Murió a los 24 años de una enfermedad contraída sirviendo a los pobres.
1901, 6 de abrilNace en Turín
1918Se apunta a las Conferencias el San Vincente de Paúl
1922Renuncia al sacerdocio
1925Pedro Jorge recibe su diploma de ingeniero
1925, 29 de junioContrae la poliomielitis
1925, 4 de julioMuere
1990, 20 de mayoEs beatificado por el Papa Juan Pablo II que lo senala “como el hombre de las bienaventuranzas”
4 de julioFiesta litúrgica
Nació en Turín el 6 de abril de 1901 en una familia burguesa, la educación que recibió de sus padres Alfredo Frassati y Adelaida Ametis fue bastante severa. Desde  muy joven, Pedro Jorge se mostró muy compasivo hacia los pobres. En 1918 su padre fue nombrado embajador de Italia en Alemania. Es en esta época es cuando desea ser sacerdote pero su madre, que tiene otras ambiciones, lo rechaza. Pedro Jorge vive entonces su fe en la indiferencia general de su familia. Entra en la escuela politécnica de Turín para ser ingeniero de minas. Trató de rodearse de obreros y se inscribió en el seno de la Federación de universitarios católicos italianos (FUCI).
En 1918, se inscribió en las Conferencias a San Vicente de Paúl, fundada por Federico Ozanam.  Después de una discusión con Karl Rahner renuncia al sacerdocio: “Quiero poder ayudar, por todos los medios posibles, a las personas de mi país, y lo lograré mejor conservando mi estado laico que siendo sacerdote. Un ingeniero de minas, dando buen ejemplo, puede tener una acción más eficaz“. Pedro Jorge con sus amigos, crea la “Compañía de los tipos inquietantes”, grupo de amigos de la juventud dorada que, a menudo, van de excursión a la montaña. Pedro Jorge estructura el pensamiento del grupo: “A nosotros, no nos está permitido vegetar; tenemos que vivir” él impulsa a sus amigos a vivir su fe con alegría. Él dice a uno de sus amigos que “La caridad sola puede valer de objetivo a toda una vida, llenar un programa. La caridad, he aquí el fin al que quiero aspirar, con la gracia de Dios“. Intenta luchar contra sus defectos: “Lucho por suprimir todo mi pasado y todo lo que él cierra de censurable, para ir hacia una vida mejor”. En 1925 a los 24 años abandonó todas las actividades, excepto la Conferencia de San Vicente de Paúl en la que continúa  participando.
El 29 de junio de 1925, después de una de sus visitas a los pobres, contrae la poliomielitis. Mientras su abuela está en la agonía, Pedro Jorge, está muy cansado y no sabe todavía que padece la enfermedad que, en pocos días, se lo llevará… no se queja. El 3 de julio, se sabe por fin el diagnóstico: poliomielitis en estado avanzado. El viernes, que es el día de sus visitas a los pobres, Pedro Jorge pide a su hermana que transmita una nota que ha redactado con gran fatiga: pide que se le sustituya en la visita a los pobres a quienes él debía visitar. El 4 de julio de 1925 muere. Sólo después de su muerte su familia se entera de sus acciones de caridad; también sus amigos, fuera del círculo de San Vicente de Paúl, no estaban informados de la importante actividad que había tenido en el servicio de los pobres. En el momento de sus exequias, millares de personas, entre ellos muchos pobres, en Turín, están presentes durante el trayecto hasta la iglesia.
En 1983 en el momento de la creación de las Jornadas mundiales de la juventud, el Papa Juan Pablo II cita a Pedro Jorge Frassati como modelo de santidad para la juventud.

SANTOS Y BEATOS DE LA F.V: SAN FRANCISCO REGIS-CLET

Una frase del libro de Eclesiastés (4,12), elegida por Francisco-Regis Clet para animar a sus cohermanos misioneros a una experiencia profunda de hermandad y como sostén en su misión, puede ser también la síntesis de su vida: “La cuerda de tres hilos no es fácil de romper”. Fue un hombre con su historia, un creyente de sólida fe, misionero (en China) hast
a al final.
1748, 19 de agosto
Nacimiento
1769, 6 de marzo
Entra en la Congregación de la Misión
1773, 27 de marzo
Es ordenado sacerdote
1792, 15 de octubre
Llega a China
1820, 18 de febrero
Muere estrangulado en una cruz
1900, 27 de mayo
Fue Beatificado
2000, 1 de octubre
Canonizado con 119 mártires chinos
18 de febrero
Fiesta litúrgica
Francisco-Regis Clet fue el décimo de quince hijos de la familia de César y Claudia Clet. Las etapas de su vida – alumno de los Jesuitas en Grenoble, seminarista diocesano, estudiante brillante, respuesta a la llamada en la Congregación de la Misión en Lión – sólo fueron etapas que la Providencia supo abrir para que la cuerda de tres hilos pudiera crecer y desarrollarse. Fue profesor de teología en Annecy, Superior de su comunidad y más tarde Director del Seminario interno de la Congregación de la Misión en la Casa-Madre en París.
Las tempestades de la Revolución no hicieron más que fortificar las raíces de la cuerda de tres hilos de la vida de Francisco-Regis. A partir del momento en que embarcó hacia China, en abril de 1791 y llegó a Kiang-Si en octubre de 1792, pudo ver hacia donde le iba a conducir el Señor. Casi durante treinta años, se dedicó completamente a la misión china y se conformó a un nuevo estilo de vida, así como a un idioma difícil. La situación fue peligrosa a causa de las persecuciones y tuvo que evitar ser reconocido.
Francisco-Regis fue encarcelado en Jinjiagang y más tarde en Nan-Yang-Fou. Después de meses de sufrimientos, fue condenado a muerte. Dos falsos testimonios fueron la acusación contra él: “Vd. ha venido a China en secreto, ha pervertido a numerosas personas con la doctrina que predica y según la ley, tiene que ser estrangulado hasta la muerte”.
Francisco-Regis murió cerca de Ou-Tchang-Fou. En sus sufrimientos hasta la cruz, podía pensar en su Maestro y descubrir el sentido de su camino que le dio la fuerza para llegar hasta al final.
La Casa-Madre de la Congregación de la Misión conserva su cuerpo para mostrar hoy a los hijos de San Vicente hacia dónde hay que ir, con qué generosidad hay que vivir, sin olvidar que “ya vivamos ya muramos, del Señor somos”. (Rom. 14, 8)
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SANTOS Y BEATOS DE LA F.V: BEATO MARCO ANTONIO DURANDO



El Padre Durando realizó plenamente su vocación de Paúl, como el Señor Vicente, dejó obrar al espíritu santificador: siendo director de las Hijas de la Caridad, tuvo el valor de emprender iniciativas atrevidas para su tiempo, como el envío de Hijas de la Caridad para curar a los heridos en la guerra de Crimea. También fundó una Congregación, las Hermanas Nazarenas, dedicadas al servicio de los enfermos a domicilio.
1801, 22 de mayo
Nace en Mondovì (Piamonte)
1817
Entra en la Congregación de la Misión
1824, 12 de junio
Emite los votos perpetuos y es ordenado sacerdote
1831
Director Provincial de las Hijas de la Caridad.
1865, 21 de noviembre
Funda la comunidad: “La Compañía de la Pasión de Jesús Nazareno
1880, 10 de diciembre
Falleció.
2001
El papa Juan-Pablo II lo proclama Beato
10 de Diciembre
Fiesta litúrgica
Marco Antonio Durando nació en Mondoni (Piamonte) en 1801, en una familia noble. Su madre era muy devota y educó cristianamente a sus hijos, mientras que el padre era de ideas liberales, de disposiciones laicas y agnósticas.
Marco Antonio a los 15 años desea predicar el evangelio en tierras lejanas. Entró en la Congregación de la Misión e hizo los votos perpetuos a los 18 años. En 1824 fue ordenado sacerdote. Después de pasar cinco años en Caserío Monferrato, fue a Turín donde residió desde 1829 hasta su muerte. Él quería partir como misionero a China, pero su salud delicada se lo impidió. Sin embargo, desarrolla todo su celo en las Misiones populares. Predica la misericordia de Dios, atrayendo a la conversión. En estas misiones, no se limita a la predicación, sino que, con el acuerdo de sus compañeros, actúa donde encuentra situaciones de pobreza a imitación de San Vicente, su patrono. Apoya y difunde la obra de la Propagación de la Fe. Huye de los extremismos del laxismo y el rigorismo jansenista, el Padre Durando prédica la misericordia de Dios, llevando a la conversión.
Presiente la utilidad de traer a Italia a las Hijas de la Caridad. El Padre Durando desea su instalación en Piamonte y el rey Carlos Alberto las acoge en 1833, para que asuman la responsabilidad de muchos hospitales militares o civiles. En 1853, tuvo el valor de enviarlas al frente de retaguardia de la guerra de Crimea, para socorrer a los heridos. Al mismo tiempo, difundió entre las jóvenes la asociación mariana de la Medalla Milagrosa. Las vocaciones fueron tan numerosas, que en 1837 el rey Carlos Alberto pone a su disposición el convento de San Salvario en Turín.
Con el aumento del número de las Hermanas, el Padre Durando dota a la ciudad de Turín de una red de Centros de caridad, llamado “las Misericordias”. Las Hermanas con las Damas de la Caridad partieron para el servicio a domicilio y el socorro de los pobres. Alrededor de las Misericordias, se forman muchas obras: las primeras escuelas maternales para los niños pobres, los obradores para las jóvenes de los orfanatos.
Las obras de Dios son imprevisibles. El 21 de noviembre de 1865, fiesta de la Presentación de María, el Padre Durando confía a la sierva de Dios, Luigia Borgiotti, las primeras postulantes de la nueva Compañía de la Pasión de Jesús Nazareno. Son jóvenes que se habían dirigido a él, deseosas de dedicarse a Dios, pero que están privadas de algunas calidades canónicas para entrar en las comunidades religiosas. El Padre Durando murió el 10 de diciembre de 1880 a la edad de 79 años.

SANTOS Y BEATOS DE LA F.V: SANTO JUSTINO DE JACOBIS

De los muchos hijos de Vicente de Paúl ejemplares en su vocación y evangelizadores de los pobres, algunos se nos  presentan para admirarlos y tomarlos como modelo. Justino de Jacobis – el gran apóstol de Abisinia (conocido hoy como Eritrea y Etiopía) es uno de ellos.
1800, 9 de octubreNace cerca de Nápoles, Italia
1818, 17 de octubreEntra en el Seminario de la Congregación de Misión (C.M.)
1824, 12 de junioOrdenación Sacerdote
1839, 24 de mayoResponsable de la misión de Abisinia y los territorios circundantes
1860, 31 de julioDefunción
1939, 25 de junioBeatificación por el Papa Pío XII
1975, 26 de octubreCanonización por el Papa Pablo VI
30 de julioSu fiesta litúrgica
Justino nació en San Fele, cerca de Nápoles, el 9 de octubre de 1800. Fue el séptimo hijo de María Josefa y Juan Bautista de Jacobis, familia de recursos económicos y fe cristiana profunda.
Justino entró en la Congregación de la Misión en 1818 en Nápoles. Su gran humildad le hizo pensar que él no poseía las cualidades necesarias para el sacerdocio, pero sus superiores pensaron que si, y fue ordenado sacerdote el 12 de junio de 1824 en la Catedral de Brindis. Durante sus primeros años de sacerdocio, su misión principal fue predicar retiros a laicos, a otros sacerdotes y a hermanas, así como las misiones parroquiales. También organizaba diversas actividades caritativas para ayudar a los pobres. Cualquier tarea que se le encomendaba la realizaba con humildad y obediencia y aceptaba servir en cualquier oficio o responsabilidad en la Congregación de Misión. Al final de 1836, durante la severa epidemia de cólera que devastó Nápoles, trabajó sin cesar parar asistir a los enfermos, incluso a punto de arriesgar su propia vida.
En 1838 el cardenal Felippe Franzoni, Prefecto de la Sagrada Congregación para la Propagación de la Fe, visitó la Casa Provincial de los Padres Paúles de Nápoles. Habló con el Superior de Justino de Jacobis sobre las necesidades de Abisinia y el deseo de empezar allí una Misión. Con el acuerdo de sus Superiores Justino de Jacobis aceptó esta llamada para la misión. El mandato para el establecimiento de una misión fue otorgado a la Congregación de Misión el 24 de mayo de 1839 y el P. Justino de Jacobis fue enviado a Abisinia como Prefecto Apostólico para esta región.
Justino de Jacobis se dejó  guiar siempre por la Providencia en la evangelización a los demás. Estaba bien enraizado en el espíritu de la Congregación de la Misión. Brilló sobre todo por su gran humildad, amabilidad, celo y paciencia en un tiempo de sufrimientos e incomprensiones.
El Señor le concedió una clara visión sobre la cultura y tradiciones del país. Aprendió el idioma, vivió con las gentes y trabajó para mejorar las buenas relaciones a nivel local.
Justino, en el anuncio del evangelio, fue un hombre adelantado a su tiempo con respecto a la inculturación; siguió las tradiciones y cultura del lugar. Fue también  un gran precursor del diálogo ecuménico entre cristianos Coptos y Católicos.
Durante veinte años el P. Justino se entregó con celo al servicio del Evangelio, fue un gran mentor y excelente formador de sacerdotes. Después de mucho sufrimiento tiene el mérito de haber restaurado nuevamente la Iglesia católica en Abisinia.
Después de muchas persecuciones murió de fiebre tropical el 31 de julio de 1860 en un lado del camino, cerca de Halai, en el valle de Aligade.

SANTOS Y BEATOS DE LA F.V: SAN GABRIEL PERBOYRE


“Pedid al Señor mi conversión y mi santificación,… que me haga cumplir, en parte al menos, sus designios sobre mí y me conceda su misericordia para el resto”, fragmento de una carta de Juan Gabriel a su hermano, responsable de la sacristía en San Lázaro, Casa Madre de la Congregación de la Misión. Es el lenguaje de un hombre que llamaríamos “un santo en vida” ( P. Songe).
1802, 6 de eneroNace cerca de Montgesty, diócesis de Cahors
1818, 15 de diciembreEntra en la Congregación de la Misión
1925, 23 de septiembreOrdenación sacerdotal en la Capilla de las Hijas de la Caridad, calle del Bac – Paris
1832Director del Seminario interno en París
1835, 21 de marzoParte hacia China
1839, septiembreEncarcelado
1840, 11 de septiembreMuere Mártir
1889, 10 de noviembreBeatificación
1996, 2 de junioCanonización
11 de septiembreSu fiesta litúrgica
Juan Gabriel nació en Puech,pueblo de la parroquia de Montgesty. Fue el primero de los ocho hijos de Pedro y María Perboyre. Crecieron en una familia muy católica que poseía una granja como medio de vida. Alpárroco le gustaba preguntar a Juan Gabriel el catecismo diciéndole: ¡Vamos al pequeño doctor! En la familia, Juan Gabriel encontró el ejemplo de su tío Jaques, sacerdote de la Misión, hombre de gran valor en el momento de la Revolución. De él, Juan Gabriel pudo aprender a vivir para Jesucristo y servirlo hasta la muerte.
En 1816 Juan Gabriel acompañó a su hermano pequeño al Seminario de Montauban y se quedó allí también para continuar sus estudios.
Endiciembre de 1818, Juan Gabriel entró en la Congregación de la Misión, enseptiembre de 1825 fue ordenado sacerdoteen la Capilla de la Casa Madre de las Hijas de la Caridad en París. Después de su servicio de profesor de teología en el Seminario de San Flour,fue llamado a la Casa Madre de la Congregación de la Misión, en París, comoDirector del Seminario interno.
La Epifanía, estrella en el momento de su nacimiento, tuvo que seguir mostrándole horizontes muy lejanos. Enmarzo de 1835, bajo la protección del Señor se pone en camino y llega a Macao el 29 de agosto, puerta de acceso a las misiones de China. Numerosas serán sus actividades apostólicas en Ho-Nan, a pesar de los peligros y las persecuciones, hasta el momento de la traición y su encarcelamiento enseptiembre de 1839.
Después de meses de sufrimiento físico y moral, de larga y terrible tortura, Juan-Gabriel Perboyre dará su último testimonio el 11 de septiembre de 1840. Fue colgado a una cruz y estrangulado con una cuerda.
Muchos testigos declararon que, en el momento de la muerte de Juan Gabriel apareció en el cielo una cruz luminosa. La Epifanía había llegado a su cima – haciendo presente las palabras del profeta Daniel, 12,3: Los doctos brillarán como el fulgor del firmamento y los que enseñaron a la multitud la justicia, como estrellas,por toda la eternidad”.
Su cuerpo 20 años después de su muerte fue transportado a San Lázaro, CasaMadre, París.