martes, 13 de mayo de 2014

SANTOS Y BEATOS DE LA F.V: BEATO GHEBRA-MIGUEL

Para Ghebra-Miguel, mártir en búsqueda de la verdad, el conocimiento de los diversas grupos teológicos era insuficiente. Quiso conocer la verdad según la Sagrada Escritura, expresada por los Padres de la Iglesia, formulada en los primeros Concilios y a los que la Iglesia profesaba una fidelidad inalterable.
1788Nacimiento
1813Monje y doctorado en Ciencias Eclesiásticas
de 1814 a 1825Peregrinación de conocimiento
1842, febreroVisita aRoma
1844Fue recibido en la Iglesia católica
1851, 1 de eneroOrdenado sacerdote en secreto
1854, julioFue encarcelado y torturado
1855, 29 de agostoMartirio
1926, 31 de octubreFue beatificado como mártir por Pío XI
30 de agostoFiesta litúrgica
Ghebra-Miguel nació en 1788 de una familia ortodoxa, en Dibo, provincia de Gjam, Etiopía, cerca del Monasterio de Mertule Mariam. Recibió la educación secundaria en la escuela monacal de este monasterio y fue novicio en el mismo.
Durante seis añossiguió fielmente los deberes de monje y estudió cuidadosamente toda la Biblia, los primeros Concilios, los documentos de los Padres de la Iglesia y otros documentos que él pudo alcanzar. En 1813 era ya “Doctor en Ciencias Eclesiásticas”. Pero su deseo de conocer más profundamente era insaciable; por lo que empezó una peregrinación de conocimiento a los monasterios más prestigiosos de Etiopía y Eritrea (1814-1825).
Dejazmatch Wiebie, Príncipe de Tigray, lo nombró miembro de la comisión enviada a El Cairo para pedir un nuevo obispo para Etiopía. Por razones de seguridad, esta comisión fue acompañada por un sacerdote católico, Justino de Jacobis. Él puso como condición para aceptar dicha misión,llevar después con él a los delegados a Roma para ofrecer su respeto al Papa Gregory XVI. Después de haber completado la difícil misión de petición del nuevo obispo, se reunieron con el Patriarca Petro que les prohibió ir a Roma bajo pena de excomunión. No obstante, ellos tuvieron el valor de visitar Roma en 1842 y observar la verdad de la fe vivida en la Iglesia católica. Ghebra-Miguel descubrió que la fe de la Iglesia católica estaba en armoniosa continuidad con la antigua Iglesia etíope.
Al volver a Adwa en febrero de 1844, Ghebra Miguel pidió a Mons. Justino de Jacobís que lo recibiera en la Iglesia católica. A la edad de 59 años Ghebra Miguel, se ordenó sacerdote, en secreto,el 1 de enero de 1851, en las ruinas de la iglesia de Alitena.
Fue designado maestro de estudiantes por Mons. Justino de Jacobis. Siendo rector del seminario menor, el Abuna Selama, nuevo obispo, empezó a perseguir a Justino de Jacobis, Ghebra-Miguel y a todos los que les seguían.
Abba Ghebra-Miguel fue tan brutalmente golpeado que la sangre le salía de la boca empapando todo su cuerpo. Los que lo vieron extendieron pronto el rumor de que había muerto. Después de sobrevivir a la paliza, le encadenaron de pies y manos. El25 de julio de 1854, después de ser entrevistado por el Abuna Selama, le ataron las piernas con un grillete.
Después de soportar la cárcel y una terrible tortura, fue sentenciado a muerte y el 29 de agosto de 1855, día de la fiesta de San Jorge,mártir, un escuadrón acabó con su vida. Él, a pesar de todas las torturas, permaneció fiel a la Iglesia católica.
Mons. Justino de Jacobis informó a su Superior General de la muerte de Abba Ghebra Miguel llamándole “postulante” y “seminarista” de la Congregac

SANTOS Y BEATOS DE LA F.V: BEATO ANTONIO FEDERICO OZANAM




Antonio Federico Ozanam, con un grupo de siete amigos, fundó la Sociedad de San Vicente de Paúl, al que eligen como patrono bajo la influencia de Sor RosalíaRendu, Hija de la Caridad, que es quien les acompañaría en sus primeros pasos en la visita a los pobres en sus casas, que ellos habían elegido como fin de la Conferencia de la Caridad. La sociedad tiene actualmente alrededor de 190.000 miembros en 90 países y forma parte de la Familia Vicenciana.
1813, 23 de abril de
Nace en Milán, después su familia se traslada a Lyon
1832
Estudios en Paris
1833, Mayo
Fundación Sociedad San Vicente de Paúl con el consejo y apoyo de Sor Rosalía Rendu
1832
Estudios en Paris
1836
Doctor en derecho
1838
Doctor en letras con tesis sobre Dante
1841, Junio
Matrimonio con María Josefina Amelia Soulacroix
1844, 21 de noviembre
Profesor de literatura en la Sorbona
1853, 8 de septiembre
Fallece camino de Marsella
1997, 22 de agosto
Beatificación en Paris por Juan Pablo II durante las Jornadas Mundiales de la Juventud
9 septiembre
Fiesta litúrgica
Antonio Federico Ozanam nació en Milán el 23 de abril de 1813, tercer hijo del matrimonio de Juan-Antonio Francisco Ozanam y María Nantas. Federico, dice el mismo, que da gracias al Señor por el don de sus padres profundamente cristianos.
            Este seglar del siglo XIX, cristiano en un mundo secularizado, fue un auténtico profeta de su tiempo en la Iglesia a la que él “ama con gran amor y sumisión”. Federico realizó sus estudios secundarios en Lyon y su carrera universitaria en París. Durante un periodo de su adolescencia tuvo grandes problemas de orden espiritual, pero se confió a la dirección del abad Noirot, gran filósofo, que le ayudó a superarlas, él mismo escribe “he prometido a Dios dedicar mi vida al servicio de la verdad que me colma de paz“.
El 5 de Noviembre de 1831 un joven intelectual de 18 años, Federico Ozanam, llega a Paris desde Lión para seguir sus estudios en la Sorbona. Se desanimó, o más bien se horrorizó, de lo que vio en la capital. Hizo amistad con Andrés-María Ampere, también de Lión, que le abrió su casa. Allí encontró apoyo para su fe en un Paris violentamente anti-católico y entró en contacto con Emmanuel Bailly, que de joven había pensado ser Paúl y que conocía bien a San Vicente de Paúl.
Ozanam y sus amigos se propusieron tener, además de las conferencias de historia, las conferencias consagradas a la caridad, unir la acción a la palabra y afirmar con las obras la vitalidad de su fe.Bailly no quiso abandonar a los estudiantes católicos al anticatolicismo de la universidad. Cuando terminó la crisis de 1830 formó grupos de discusión, conocidos como conferencias, entre ellos la Conferencia de Literatura y de Historia convirtiéndose esta ultima en conferencia de caridad y finalmente Conferencia de San Vicente de Paúl.
En 1833 Ozanam, con un grupo de siete amigos, fundó la Sociedad de San Vicente de Paúl, al que eligen como patrono. El mayor de ellos Emmanuel Bailly, 39 años, Federico solo 20 años, sólo uno del grupo era más joven que él. En los comienzos no tenían experiencia de servicio, de trato con los que vivían en la miseria. Necesitaban una guía. Esta les llego por Bailly, presidente de la naciente conferencia, que seria una especie de consejero espiritual y símbolo de prudencia. Cuando deciden ir al encuentro de los pobres Emmanuel Bailly les envía a una mujer, una Hija de la Caridad de 40 años, Sor Rosalía Rendu, “Apostol del distrito de Moufettard”, y sierva de los desheredados del barrio parisino de Saint-Médard, quien les acompañaría en sus primeros pasos en la visita a los pobres en sus casas, que ellos habían elegido como fin de la Conferencia de la Caridad.
El estilo de las conferencias es la visita domiciliaria, la relación directa con el que sufre. Hoy las conferencias se han extendido por todo el mundo.
Federico como hijo, marido, padre y amigo, dotado de una rara sensibilidad, impresionó profundamente a todos los que lo conocieron.
Fue testigo de la Caridad en toda su vida personal, familiar, profesional y cívica. Expresó un deseo ardiente “Es necesario abrazar el mundo en una red de caridad“. Fue fiel defensor de los pobres.
Fue Profesor titular de derecho comercial, en la Facultad de Lión, y más tarde profesor de Literatura Extranjera en la Sorbona.
Por motivos de salud tuvo que abandonar la enseñanza, que ejercía como un apostolado, dedicó sus últimas fuerzas a la investigación científica y a la Sociedad de San Vicente de Paúl.
Tras una larga enfermedad murió a los 40 años en Marsella, el 8 de septiembre de 1853, en una actitud de total entrega a Dios.
Para más información www.ozanet.org.

SANTOS Y BEATOS DE LA F.V: SANTA SETON

Isabel Ana Seton es la primera santa nacida en Estados Unidos. Fundó las Hermanas Americanas de la Caridad y se le atribuye el ser la pionera de la educación católica, ya que abrió el camino para el sistema escolar parroquial en los Estados Unidos.
1774, 28 de agosto
Nacimiento
1794, 25 de enero
Matrimonio con Guillermo Magee Seton
1803, 27 de diciembre
Queda viuda
1805, 14 de marzo
Profesión de Fe en la Iglesia católica
1809, 31 de julio
Fundación de las Hermanas de la Caridad de San José
1810
Fundación de la Escuela y Academia Libre de San José para las jóvenes
1821, 4 de enero
Fallece en Emmitsburgo, Maryland
1963, 17 de marzo
Beatificación por  Juan XXIII.
1975, 14 de septiembre
Canonización  por Pablo VI
4 de enero
Fiesta litúrgica
Nacida en, o cerca, de la Ciudad de Nueva York el 28 de agosto de 1774,  hija de Catalina Charlton y el Dr. Richard Bayley, Episcopalianos devotos. Fue bautizada y creció en la fe de la iglesia episcopal, que fue la base de su santidad. Su padre fue el primer funcionario de salud pública del Puerto de Nueva York. Creció en la Ciudad de Nueva York y Nueva Rochelle, Nueva York. El 25 de enero de 1794,  se casó Guillermo Magee Seton, perteneciente a una familia  mercante adinerada y la nueva pareja vivió primero en el  bajo Manhattan. El matrimonio fue bendecido con tres hijas y dos hijos.
Poco después de su matrimonio William enfermó de tuberculosis. Isabel, Guillermo y su hija mayor, Ana María, en un esfuerzo por restaurar su salud en un clima más cálido, embarcaron rumbo a Italia, pero Guillermo  murió en Pisa el 27 de diciembre de 1803,  dejándola viuda con 5 niños pequeños cuando  tenía sólo 29 años.Nacida en, o cerca, de la Ciudad de Nueva York el 28 de agosto de 1774,  hija de Catalina Charlton y el Dr. Richard Bayley, Episcopalianos devotos. Fue bautizada y creció en la fe de la iglesia episcopal, que fue la base de su santidad. Su padre fue el primer funcionario de salud pública del Puerto de Nueva York. Creció en la Ciudad de Nueva York y Nueva Rochelle, Nueva York. El 25 de enero de 1794,  se casó Guillermo Magee Seton, perteneciente a una familia  mercante adinerada y la nueva pareja vivió primero en el  bajo Manhattan. El matrimonio fue bendecido con tres hijas y dos hijos.
La familia Felicchi de Livorno, Italia,  íntimos colaborados de negocios y amigos de la familia—les ofrecieron una calurosa acogida, hospitalidad y consuelo. A Isabel, que siempre fue profundamente espiritual, le impresionó enormemente su fe y devociones y empezó a interrogarse sobre su religión.
Un año después de su retorno a Nueva York, Isabel se convirtió al catolicismo. Esta conversión le costó muy cara. Debido a la quiebra del negocio naviero antes de la muerte de Guillermo, los próximos años serían muy dolorosos, al estar viuda, sin dinero y tener que mantener a sus cinco hijos sin el apoyo de su familia y amigos.
En el verano de 1808, el P. Guillermo Luis Dubourg,  sacerdote francés de San Sulpicio, Maryland, conoció a Isabel cuando visitaba  Nueva York y la invitó a ir a Baltimore con la promesa de abrir una escuela  para niñas. Ella accedió y a quedarse en Paca Street durante un año. Allí se le unieron algunas mujeres con el deseo de formar una comunidad que se dedicara al servicio apostólico.
Gracias a la generosidad de un bienhechor, la Señora Seton pudo trasladarse a  la zona rural de Emmitsburgo, Maryland y estableció allí la Escuela y Academia Libre de San José. Este nuevo servicio y estilo de vida empezó el 31 de julio de 1809 en la Casa de la Piedra en San José del Valle,  cerca de Emmitsburgo. Tuvo gran éxito y a ella se unieron  más jóvenes que formaron la primera comunidad de consagradas fundada en América, las Hermanas de la Caridad de San José.
El 17 de enero de 1812 el Reglamento de las Hermanas de la Caridad de San José en los Estados Unidos recibió la aprobación oficial. (Estas Reglas se basaban en las Reglas Comunes de las Hijas de la Caridad fundadas  en 1633, en Francia,  por San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac). Así nacieron las Hermanas Americanas de la Caridad que ahora se han constituido en la Federación de Hermanas de la Caridad.
Isabel, incluso antes de ser recibida en la Iglesia católica, vio a Cristo en los pobres, sobre todo en las mujeres y  niños necesitados. Ella es santa por su búsqueda y respuesta a la voluntad de Dios en su vida.
Su santidad se fue desarrollando desde su fe en la iglesia episcopal. Fue   fiel practicante de la iglesia de la Santísima Trinidad, Iglesia episcopal y, antes y después de su conversión al Catolicismo, le gustaba pasar tiempo ante el Santísimo Sacramento en la cercana Iglesia Católica de San Pedro.
Isabel murió a la edad de 46 años el 4 de enero de 1821 en Emmitsburgo, Maryland.
El 25 de marzo de 1850 las Hermanas de Caridad de San José de Emmitsburgo se unieron a la Compañía francesa de las Hijas de Caridad de San Vincent de Paúl.

SANTAS Y BEATAS H.C: BEATA SOR ROSALÍA RENDU

Juana María Rendu (Sor Rosalía), hija de Antonio Rendu y de María Ana Laracine, nació el 9 de septiembre de 1786 en Confort, en el distrito de Gex en las Montañas de Jura, sudeste de Francia, cerca de la frontera suiza. Vivió toda su vida como Hija de la Caridad, unos 53 años, en el distrito de Mouffetard, el barrio más pobre de París.
1786Nacimiento
1802Entra Hija de la Caridad
1803Recibió el hábito y es enviada a la Casa San Martin
1807Pronuncia sus votos por primera vez
1815Es nombrada Superiora (Hermana Sirviente) de la Casa San Martin
1830La revolución; las postulantes van a la Casa de l’Épée-de-Bois
1831El arzobispo de Quelen y otro clero son acogidos en la Casa de la calla l’Épée-de-Bois
1833Empieza el asesoramiento de los primeros miembros de la Sociedad de San Vincent de Paúl
1840Trabaja con los recientemente establecidas Damas de la Caridad; empezando la expansión de las obras de la casa
1848La revolución; la casa se convierte en refugio y hospital
1852Le es concedida la Cruz de la Legión de Honor por Napoléon III
1853Empieza a fallarle la vista; su salud empeora
1856Muere; entierro asistido por unas 50,000 personas de todos los sectores de sociedad
1953Apertura del proceso diocesano de Beatificación en París
2003Beatificación por el Papa Juan Pablo II
7 de febrero:  Fiesta litúrgica
En 25 de mayo de 1802 Sor Rosalía entró al Seminario (noviciado) en la Casa Madre de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, de la calle Vieux-Colombier en París. En su esfuerzo para dar lomejor de sí en esta nueva vida, su salud se debilitó por lo que fue enviada a la casa de las Hijas de Caridad en la zona de Mouffetard con la esperanza de que el cambio le ayudaría a recobrar sus fuerzas.
La sed de acción, devoción y servicio que ardían en Sor Rosalía no podía encontrar un lugar mejor para ser saciada. Allí, un insano suburbio, las enfermedades y la pobreza eran la porción diaria de los habitantes que se esforzaban sencillamente por sobrevivir. Sor Rosalía floreció entre las personas que serían rápidamente en sus “Amados Pobres”.
Al principio, acompañaba a las Hermanas en la visita a los enfermos y a los pobres en sus casas.También enseñaba el catecismo y a leer a las niñas en la escuela privada.Sor Rosalía floreció entre estas gentes y, en 1807, pronunció los votos por primera vez. Pronto se revelarían todas sus calidades de devoción, autoridad natural, humildad, compasión y sus habilidades de organización.Así en 1815, fue nombrada Hermana Sirviente (superiora local) de la casa.
Como responsable de su Comunidad, Sor Rosalía recibió la misión de acompañar acada una de sus Hermanas, cuidando la formación de los nuevos miembros y la dirección de la vida de Comunidad que realizó con el mayor cuidado, comunicando su amor y alegría en el servicio.
Cuando pasaron los años, siempre atenta a las nuevas pobrezas, Sor Rosalía amplió las obras de la casa: una escuela y visita a los enfermos en sus casas, una clínica privada, una guardería, un centro de día para los niños demasiado pequeños para ir a la escuela, un centro de aprendizaje práctico y un centro social para las muchachas más mayores.Al mismo tiempo tendió la mano a otros para compartir la misión Vicenciana.
Sor Rosalía fue la “madre buena de todos” sin distinción de religión, puntos de vista políticos, o estado social. Con una manorecibía del rico, con la otra daba a los pobres. Sor Rosalía compartía la alegría de hacer buenas obras. A menudo se la podía ver en el salón de la casa con “sus amados Pobres”, así como con obispos, sacerdotes, oficiales del gobierno, mujeres adineradas y estudiantes de la universidad.Entre ellos Federico Ozanam y los primeros miembros de la Sociedad de San Vicente de Paúl.
Tierna y respetuosamente Sor Rosalía y las Hermanas de la casa acompañaron a estos hombres jóvenes generosos y a otros estudiantes.Ella les recomendaba la paciencia, indulgencia y cortesía hacia ellos. “Amen a los pobres, no los culpen demasiado… recuerden que los pobres son aún más sensibles a su conducta que a su ayuda”. Sobre todo les enseñaba con su ejemplo: “¡Todos los días, en todo tipo de tiempo, Sor Rosalía cruzaba las calles y callejones que subían al Panteón, al lado sur de la Colina de Santa Genoveva… Con el rosario en la mano y un pesado cesto en su brazo, caminaba con paso rápido porque sabía “que los pobres la estaban esperando!”.
Ella hablaba de Dios a la familia que sufría porque el padre no tenía trabajo, a la persona anciana en riesgo de morir sola en un ático: “Nunca he orado tan bien como en las calles”, diría.Su fe, sólida como una roca y clara como una primavera, veía a Jesucristo revelado en todas las circunstancias. Su vida de oración era intensa, afirmaba una Hermana”…ella vivía continuamente en la presencia de Dios. Cuando tenía una misión difícil que cumplir, estábamos seguras de verla en la capilla o encontrarla de rodillas en su oficina.”
¡Con sus Hermanas y su inmensa red de colaboradores, cuidaba incansablemente, alimentaba, visitaba y consolaba a los demás! Dotada de una sensibilidad perspicaz, tenía empatía con todo sufrimiento. Hay algo que me está ahogando”, decía “y me quita el apetito… el pensar que a tantas familias les falta el pan”. Para el servicio de sus queridos Pobres, se atrevió a emprender todo con inteligencia y coraje.Nada la detendría si les permitía salir de su miseria.
Sor Rosalía no cuestionó el orden establecido, ni apoyó la rebelión. Para luchar contra la injusticia y la pobreza, despertó la conciencia de los que estaban en el poder o de los que tenían dinero, trabajó por la educación de los niños y de la juventud de las familias pobres y, para responder a las emergencias, animaba a compartir. “Ella organizó la caridad”.
Durante los años de la Revolución, en 1830 y 1848, Sor Rosalía y sus Hermanas cuidaron a los heridos: tanto rebeldes como soldados.Las personas que estaban en peligro encontraron siempre refugio en la casa de las Hermanas en la calle de l’Épée-de-Bois. Su casa se convirtió en refugio y hospital.
Los últimos años de la vida de Sor Rosalía fueron dolorosos al empeorar su salud ydisminuir su visión.Ya nopodía visitar a sus queridos pobres de una forma regular, pero su reputación continuó creciendo.El emperador, Napoléon III, le otorgó la Cruz de la Legión de Honor, un honor militar que sólo cuatro mujeres han recibido hasta tiempos recientes.
Sor Rosalía experimentó, en su sencilla vida de Hija de la Caridad, la verdad de las palabras de Vicente de Paúl en 1660, “… ciertamente el gran secreto de la vida espiritual es abandonar en Dios a todos los que amamos, abandonándonos nosotros a todo lo que Él quiera. Pedid por mí.” Y sería esta sencilla Hija de la Caridad la que sería honrada en su funeral el 9 de febrero de 1856.Asistieron al mismo unas 50.000 personas de todos los sectores de la sociedade ideas políticas y religiosas. A partir de ese día, hasta hoy, las flores decoran siempre su tumba.





SANTOS Y BEATOS H.C: HIJAS DE LA CARIDAD, MÁRTIRES SIGLO XX

- Testigos firmes y valientes de la Fe – España

martires
Las veintisiete Hijas de la Caridad mártires y la Hija de María que las acompañó al martirio son reflejo nítido de la Luz de Cristo resucitado, a quien siguieron con los demás testigos de la Fe, hasta 522, entre ellos el P. Fortunato Velasco Tobar y trece compañeros, que serán beatificados en Tarragona el 13 de octubre de 2013.
Los mártires son luminarias de fe porque dieron la vida por identificarse con la Luz verdadera que nos ha dicho de sí mismo: Yo soy la Luz del mundo, quien me sigue no anda en tinieblas sino que tendrá la Luz de la vida. (Jn 8, 12).
Siguiendo al autor sagrado del Apocalipsis (Ap 7, 13-14) que habla del martirio de los primeros cristianos, daremos respuesta a cuatro cuestiones importantes: ¿Quiénes son? ¿De dónde han venido? ¿Cómo y por qué murieron? ¿Qué retos nos plantean?
1ª) ¿Quiénes son las Hijas de la Caridad beatificadas en el Año de la Fe?
a)      Son mujeres sencillas de su épocapor su procedencia social, sus raíces familiares, su educación, su inserción en el pueblo y su forma de vivir la fe… Todas poseían una cultura amplia y estaban capacitadas para realizar diferentes servicios y seguir estudios de especialización. En general eran mujeres alegres, comunicativas, llenas de esperanza…
b)   Son mujeres de fe firmeEl itinerario de fe de estas Hermanas nos habla de personas sin estudios de Teología pero con el corazón lleno de humildad y sencillez. Recibieron la fe de su familia, fue cultivada en la Escuela, la catequesis parroquial, la oración personal y la visita diaria al Santísimo. Con sencillez buscaron la orientación del futuro de su vida a la luz de la voluntad de Dios sobre ellas. Confesaron su fe con firmeza en medio de la persecución.
c)    Son mujeres de fe cultivada al abrigo de la oración y el estudio. Desde su ingreso en la Compañía, cultivaron la fe con sencillez, responsabilidad personal y esmero. El programa del Seminario estaba concebido para cultivar la fe: oración, estudio del Evangelio, Catecismo de la Iglesia, Reglas de la Compañía, biografía  de los Fundadores…
d)   Son Hijas de la Caridad de fe luminosa que se irradia, comunica y expresa con gozo y naturalidad porque su corazón estaba adherido a Jesucristo. La irradian en sus oraciones espontáneas, en sus cartas a la familia y en su misión de servicio: cuidados, trabajo, oración, relaciones fraternas,… De ello dan fe los testimonios de quienes las vieron vivir.
e)    Son Hijas de la Caridad de fe probada. Si ahondamos en su vida, en todas encontramos la prueba de la Fe que culminará en los tiempos inmediatos al martirio. Entonces sufrieron acoso personal, insultos, calumnias, afrentas… Fueron objeto dela depuración religiosa cuyo proceso pretendía expulsar a Dios de la Beneficencia, la Sanidad y la Educación.
f)     Algunas expresiones de fe probada: “Pido a Dios que me dé fuerzas para cumplir lo que Él pida de mí, y padecer cuanto Él quiera hasta identificarme con Él… Y, si a Dios le place, no tendría inconveniente en ofrecer mi vida…” (de Sor Estefanía Saldaña Mayoral)
      “Fue mucha la impresión que me causó la noticia… ¡Quien iba a suponer que sería tan pronto visitada por la enfermedad mi querida madre!… No hay más remedio que pedir paciencia al Señor, que es el que nos visita con estas pruebas, tan duras al parecer, pero que nos serán muy meritorias…” (de Sor María Díaz Pardo)
Sor Mª Asunción Mayoral iba dispuesta para el martirio y lo confesó públicamente sin importarle las amenazas y burlas de los milicianos. Ella nos animaba a las demás a aceptar los sufrimientos mirando a la cruz de Jesucristo… Tenía mucho celo por llevar las almas a Dios” (de una compañera de Sor Mª Asunción Mayoral)
2ª) ¿De dónde han venido estas Testigos de la Fe? 
a)   Vienen de lugares geográficos concretos: Tres proceden de Galicia, tres son vascas, otras tres son navarras, dos son aragonesas, siete proceden de Castilla-León; tres son nacidas en Madrid, una es originaria de la Mancha, otra procede de Plasencia (Cáceres), dos proceden de Valencia, otras dos de Andalucía y una de Canarias.
b)   Vienen de un momento histórico conflictivo en España: situación de crisis general, paro, pobreza, condiciones de trabajo deshumanizadas en el mundo industrial y rural, analfabetismo e ignorancia cultural y religiosa, manifestaciones callejeras, huelgas,…
c)    Vienen de una Iglesia acusada de estar ajena al pueblo: Se culpabiliza a la Iglesia de los males sociales originados por el Crack mundial de 1929 y los problemas derivados de ella, se la persigue con saña y se someten a depuración religiosa las instituciones dedicadas  a Educación, Beneficencia, Sanidad  y servicios sociales. Desde el comunismo ateo se pretende desterrar el nombre de Dios de la sociedad.
d) Vienen del servicio a los pobres realizado como misión: Cinco eran Hermanas Sirvientes: Sor Asunción Mayoral en el Asilo de ciegos de Madrid; Sor Mª Dolores Úrsula Caro en la Casa Misericordia de Albacete; Sor Martina Vázquez Gordo en el Hospital y Escuelas de Segorbe (Castellón); Sor Josefa Laborra y Sor Carmen Rodríguez Barazal en el colegio-Asilo de Bétera (Valencia). Todas alentaron en la fe a la comunidad en los momentos de persecución y se preocuparon de buscar un sacerdote para celebrar clandestinamente la Eucaristía. Dieciséis fueron educadoras, siete enfermeras y cinco se dedicaron a la acción social.
3ª) ¿Cómo y por qué murieron estas Testigos de la Fe?
a)      Murieron confesando su identidad y dando testimonio de su Fe:
Vivieron y murieron confesando a Jesucristo con valor, perdonando a los perseguidores y poniendo su vida en manos de Dios Padre. Dieron testimonio de Cristo, de su vida, de sus acciones y del valor del seguimiento de sus enseñanzas. Prefirieron morir antes que renunciar a su fe y su vocación consagrada a la Caridad. Sor Martina Vázquez Gordo al ser apresada intercedió por sus Hermanas con las mismas palabras de Jesús en el Huerto de Getsemaní: “Si me buscáis a mí, dejad en libertad a éstas, pueden ayudaros en los hospitales”… Y su palabra fue escuchada.
b)      Murieron por ser seguidoras de Jesucristo
El único delito sobre el que son interrogadas y ellas confiesan sencillamente es  ser Hijas de la Caridad… Mueren por ser Hijas de la Caridad, solo por eso. Los perseguidores querían borrar el nombre de Dios de la Beneficencia, la Educación y la Sanidad. Ellas con su martirio lo hicieron imborrable para siempre
4ª)  ¿Qué retos nos plantean estas mártires? Enumeramos algunos.
Los mártires de la fe del siglo XX en España, y en particular nuestras Hermanas, vivieron su fe en medio de un fuerte laicismo, propagación del comunismo ateo y hostilidad ambiental. Al verse expulsadas de su comunidades y lugares de servicio y misión, amenazadas y perseguidas, buscaron salvar su vida y pusieron los medios a su alcance. Pero la astucia del mal fue más sagaz que su buena voluntad. Y los perseguidores dieron con ellas. Actualmente hay circunstancias bastante similares a las que ellas vivieron. Su vida nos reta e invita a construir la historia del futuro:
  • Ante las propuestas de superficialidad y comodidad de la cultura ambiental, ellasnos invitan a cultivar la Fe, a ser testigos firmes, a confesarla con valentía y a vivir el Evangelio en radicalidad, uniendo de forma inseparable fe y caridad.
  • Frente al egoísmo y mercantilismo de la sociedad, nos retan a vivir la vocación en gratuidad evangélica, a entregar lo que somos y tenemos con amor y libertad, para manifestar que el amor de Jesucristo a los necesitados que nos rodean.
  • Ante el eclipse de Dios y la carencia de sentido de la vida para muchas personas,podemos impulsar el compromiso evangelizador en nuestro entorno  cuidando que los alejados, empobrecidos y todas las personas que sufren sean el centro de nuestra actividad pastoral.
  • Frente a la carencia de humanidad que está generando la globalización, el individualismo y la crisis económica y axiológica, podemos estar más atentas a los necesitados, sembrar comprensión y ofrecer ayuda a las víctimas como testigos de caridad.
  • Frente a la crispación y violencia del ambiente podemos ser como ellas testigos de misericordia, bondad, perdón y reconciliación, haciendo realidad las Bienaventuranzas como camino de seguimiento a Jesucristo.
  • Ante la angustia y el miedo a una muerte violenta cercana, ellas confiaron en Dios, rezaron, acrecentaron su unión fraterna y celebraron la Eucaristía para tomar fuerzas, perdonar y afrontar con fe y serenidad la muerte. Es un programa de vida cristiana que está en nuestras manos siempre, y sobre todo, ante cualquier situación difícil.
Las Hermanas mártires no improvisaron la fortaleza y serenidad de la hora final. Fue un don del Espíritu Santo que pidieron y acogieron; estaban habituadas a ello porque como Hijas de la Caridad habían sido peregrinas de la fe, profetas de esperanza y testigos de caridad. Así vivieron y así murieron dejando huellas para la historia de la Iglesia y la construcción de un mundo más humano y fraterno. Este es su mejor legado y su mejor lección.
Para saber mas de las Hijas de la Caridad, martires del siglo  XX pueden visitar 




SANTAS Y BEATAS H.C: MARTIRES REVOLUCIÓN FRANCESA

Todas estas Hermanas han vivido lo que el apóstol Pablo escribió a los Romano, 8. 35,39:“¿Quién  nos separara del amor de Cristo? Ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús  Señor nuestro”.

SANTAS Y BEATAS H.C: BEATA SOR MARTA WIEKA

La vida de Marta Wiecka fue corta. Vivió sólo treinta años, pero ese corto tiempofue suficiente para que su alma llegara a lasantidad. Hija de la Caridad, se entregó totalmente a Dios,sirviendo a los enfermos y a los que sufren, con espíritu Vicenciano de humildad, sencillez y caridad.
1874, 12 de eneroNace en Nowy Wiec, Polonia
1892, 12de agostoEntra Hija de la Caridad
1893, 21 de abrilFue enviada s su primera misión en Lviv
1897, 15 de agostoHizo los primeros votos
1904, 30 de mayoMurió en Śniatyn
2008, 24 de mayoFue beatificada en Lviv
30 Mayo:Fiesta litúrgica
Marta Wiecka nació el 12 de enero de 1874 en Nowy Wiec, Polonia. Fue la tercera de los trece hijos de la familia del rico terrateniente Wiecki.
Desde 1772 una gran parte de Polonia estaba dividida y ocupada por varios poderosos estadosvecinos. La región donde vivía la familia Wiecki estaba bajo el control de Prusia, que intentaba suprimir la identidad nacional y católica de Polonia a través de unprograma de Kulturkampf (lucha por la cultura). Sin tener esto en cuenta, la familia Wiecki, como muchas otras, era fervientementecatólica y polaca.
A la edad de dos años Marta enfermó de gravedad. Después de que la intervención medica fracasó, sus padres se dirigieron a María para pedir por la pequeña Marta que milagrosamente, fue curada. Toda su vida Marta amó profundamente a la Santísima Virgen y con frecuencia se dirigía a ella para pedirle ayuda.
De niña, a Marta le gustaba ayudar a su madre en los quehaceres domésticos. La familia y vecinos sabían que Marta tenía gran devoción a san Juan Nepomuceno. Con frecuencia la veíande pie recogida en oración ante su estatua al borde del camino.
El 3 octubre de 1866 Marta hizo su primera Comunión. Desde aquel momento, Jesús fueel centro de su vida. Siempre que tenía una oportunidad asistía a Misa, nunca dudaba en caminar los12 Km. desde su casa a la parroquia de Skarszewy.
A los 18 años, junto con su miga Monika Gdaniec, Marta dejó a su querida familia para empezar su vida de Hija de la caridad. Dado que el gobierno Prusiano restringía el número de aspirantes en la cercana ciudad de Chelmno, Marta decidió ir a las Hijas de la Caridad de Cracovia a fin de no dejar sola a Monika. El 26 de abril de 1892 fueron aceptadas como postulantes en la Casa Provincial de Cracovia. Marta empezó su segundo periodo de formación unos meses más tarde el 12 de agosto cuando entró al seminario) noviciado.
El 21 de abril de 1893 Sor Marta fue enviada a su primera misión, un hospital en Lviv. Enseguida se ganó la reputación de Hermana que amaba a sus pacientes y los servía con gran devoción. Un año y un medio después, el 15 de noviembre de 1894, fue enviada de nuevo en misión a un hospital en Podhajce.
El 15 de agosto el 1897 pronunció los votos, por primera vez, como Hija de la Caridad, confirmando su compromiso de servir Dios en la persona de los más pobres de los pobres.
En 1899 Sor Marta fue enviadaa la casa de Caridad en Bochnia. En ese tiempo tuvo una visión de nuestro Señor en la cruz que le instó a soportar la adversidad con paciencia y le prometió que pronto iría con Él.
Poco después de la visión de nuestro Señor, la adversidad apareció. Un hombre perturbado, salido recientemente del hospital dónde estaba Sor Marta, empezó a decir que ella estaba embarazada. Sor Marta sobrellevó este insulto con serenidad y paciencia confiando totalmente en Dios.
Después de la situación de Bohnia se pasara, al comprobarse totalmente su inocencia, Sor Marta fue enviada a servir en el hospital de Sniatyn. Ella tenía el don de ayudar a las personas a reconciliarse con Dios. En su sala nadie murió sin recibir antes el sacramento de la reconciliación. Para Sor Marta todos sus pacientes eran igualmente importantes, sin tener en cuenta si eran polacos, ucranianos, judíos, ortodoxos o católicos.
Durante una epidemia de fiebre tifoidea un joven enfermero,padre de familia, tenía el peligroso deber de desinfectar la habitación de un enfermo de tifus. Viendo el temor de este hombre por él y por su familia, Sor Marta se ofreció en su lugar. Esta generosidad le costaría la vida. Pronto cayóenferma muriendo el 30 de mayo de 1904 en Sniatyn.
Para saber más sobre Sor Marta pueden visitar la página web: www.martawiecka.pl